“La cuaresma tiempo de penitencia”

Desde el miércoles de ceniza hemos cambiado el telón de fondo de la escena litúrgica dando paso al color morado de penitencia, siempre preparatoria a celebrar algún misterio de la vida de nuestro Señor, en este caso su Misterio Pascual.

Con el miércoles de Ceniza empieza la Cuaresma, que es tiempo de preparación para la Pascua.

A partir de este día, la Iglesia nos invita a preparar nuestro cuerpo y nuestra alma con ayuno (especialmente el miércoles de Ceniza y el viernes Santo) y abstinencia (los viernes de cuaresma), para celebrar, bien dispuestos, los misterios de nuestra fe cristiana. Pero no debemos conformarnos con eso, hemos de buscar y aprovechar otros medios de modo que hagamos penitencia. La Iglesia nos pide para los otros días la limosna y la oración que de un modo especial nos acerca más al Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo.

No son pocos hoy los que al oír esta palabra –penitencia- se asustan e incluso se escandalizan, pensando en un retorno a siglos pasados. Muchos piensan que cuando llegan estos días de preparación es solo para las viejas o viejos, que con tantas ansias se preparan para la gran celebración del Misterio Pascual; en realidad no es así, porque la salvación es para todos.

La Iglesia sigue hablando de penitencia. Y por supuesto, la penitencia misma nos recuerda la participación en el Sacramento que lleva su nombre. La Cuaresma es un buen momento litúrgico para recordarnos la existencia de este Sacramento espléndido, donde se muestra la misericordia de Dios. De un Dios bueno que comprende la debilidad de su criatura y pone a su alcance el remedio tras la exigencia del arrepentimiento personal. Confesarse es, pues, una y la más importante forma de penitencia.

Que nuestra cuaresma personal tenga un sentido más profundo, más religioso, más verdadero que la de años anteriores. Que uno de los puntos de meditación durante este periodo sea el recordarnos que polvo somos, aunque no lo parezca, y al polvo volveremos. Profundizando en esto, podremos luego valorar la Pasión de Cristo, gran sacrificio que dio paso a la gracia para todos los hombres, y así poder un día gozar de él.

Y recuerda ahora más que nunca que estas siempre invitado a una prolongada conversión por parte de tu amigo Jesús…!!!



Adolfo Ajcalón Tacaxot

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