El pasado 27 de junio, tuvimos la gran oportunidad de tener una bonita experiencia en San José Pínula, tierra del recordado Padre Hermógenes. Estos cuatro días de pastoral fueron de gran importancia para nosotros por que, pudimos experimentar y vivir con la gente muy sencilla, de esa localidad.
Esta pequeña pastoral lo realizamos junto con los alumnos de segundo de teología, que en realidad nos fue bien compartir con ellos que no son del mismo curso. Esto nos puede servir de mucha importante porque, uno se da cuenta de muchas cosas de que aprender del otro compañero ante el buen ejemplo que nos impulsa a que las cosas se puedan realizar bien, para que después se puedan ver los frutos tanto material como espiritual.
Antes de partir a San José Pínula, estábamos tan ilusionado, por llevar a cabo la pastoral, por que no era simplemente el hecho de salir de nuestras actividades cotidianas sino más bien, era de ir a conocer el testimonio de un hombre que supo entregar su vida a Dios totalmente y al servicio del prójimo y ante todo por dar su vida por el bien de los demás y que fue un hombre quien dejó huellas en dicho municipio y ante todo quiso dejarnos un gran regalo para nuestra Guatemala. También era un momento para ir a conocer otros ambientes distintos a la nuestra, tanto en lo material y en lo espiritual, por el cual el viaje, no se nos hizo complejo, por que durante el camino íbamos bromeando, contando chistes y cantando y, cuando nos dimos cuenta ya íbamos a llegar a San José Pínula a eso de la una de tarde, con un exagerado calor que hacía en ese lugar; pero lo curioso es que todos manifestaban en el rostro un espíritu alegre.
Al llegar a San José Pínula, el padre Carlos Pirir, junto a otras personas nos esperaban con gran ilusión, e inmediatamente cuando bajamos del bus se acercaron hacía nosotros y lo primero que hicieron es tomarnos una fotos y videos seguidamente nos dieron la bienvenida, t en ese mismo momento nos invitaron a un delicioso almuerzo; mientras comíamos el Padre Carlos, nos dio la respectivas indicaciones y recomendaciones de lo que íbamos a realizar en las comunidades y después del suculento almuerzo, los catequistas ya nos estaban esperando para llevarnos a las comunidades a donde cada uno estaba destinado.
Como en esas comunidades no había tanto accesos de buses nos fuimos en un camión donde las personas de esas comunidades. Al llegar a las aldeas, fue para muchos impresionante, porque el ambiente natural en que vivía la gente, era muy diferente a nuestra cultura.
Esta experiencia en primer lugar lo debemos a Dios, y en segundo lugar a Monseñor Gonzalo por darnos la oportunidad de conocer otro tipo de ambiente. Por tanto, la gente de esas comunidades tuvieron al Padre Hermógenes como un verdadero pastor, que supo orientar a la gente a través de la oración y del servicio incansable que realizó para bien de la iglesia .AL terminar la pastoral no dimos cuenta de que las familias de San José Pínula, son personas alegres y lo que buscan es estar siempre felices, no por medio de la riqueza material, sino más bien por seguir el ejemplo del Padre que les dejó una enseñanza de riqueza espiritual, que sin duda alguna son frutos del Él, de manera que lo recuerdan y tratan de vivir de acuerdo a su enseñanza según la imitación de Cristo.
Encarnación Bac Balan
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