Que Dice la Gente del Padre Hermógenes López Coarchita

El Padre Hermógenes López, es muy querido por todo el pueblo de San José Pinula y lo siguen recordando, aunque hace ya 31 años que ha partido de este mundo, sus recuerdos, sus anécdotas, sus consejos y su memoria están vivos y presentes en medio de su pueblo.



Toda la gente de las aldeas de San José Pinula, cuentan que desde niños guardan recuerdos especiales del Padre Hermógenes; la gente ya mayor son los que más recuerdan cómo era la persona del Padre. Y saben, por qué lo recuerdan. La gente cuenta que: “el Padre Hermógenes es un santo. Cuando lo teníamos con nosotros sentimos esa alegría y ese olor de santidad que llevaba en su corazón, y por eso lo queríamos mucho porque era un buen Padre. Cuando lo perdimos, cuando ya no lo teníamos, nos dimos cuenta de la gran falta que nos hacía. Pero para nosotros no ha muerto, para nosotros está vivo todavía, porque su presencia es más sensible entre nosotros. Nos ayuda más porque está en el cielo. ¡Un gran Santo!”


“El Padre Hermógenes era muy sencillo, humilde, cercano a la gente. No por nada le llamaban Padre. El Padre Hermógenes siempre nos trató como hijos, nos ayudó y nos defendió, él fue nuestro Padre de verdad, y aún nos sigue queriendo, porque nosotros sentimos que sigue viviendo y que nos protege. No hemos conocido a ningún otro Padre como él. Él era muy sencillo en sus palabras, pero sus palabras eran muy penetrantes, y por eso todavía lo tenemos muy presente en nuestros corazones. Nos quería a todos, no excluía a nadie. Acogía a todos los niños, jugaba con ellos, los abrazaba, los cargaba aunque estuvieran sucios.” Esto me lo contó una señora casi llorando, se llama María Alvizuris Muralles, una ancianita.


Otro señor decía: “el Padre Hermógenes vivió el Evangelio y entregó su vida por el Evangelio. Nos predicaba cuando éramos niños. Cada vez que venía a nuestra aldea se sentía la alegría. Fue un padre muy generoso con todos. El Padre Hermógenes murió por nosotros. Aquel hombre era santo de verdad, desde que vivía con nosotros; se mortificaba por nosotros; nos llegaba a visitar a cada poco a pesar de que nuestra aldea se encuentra lejos y sin carreteras, solo se podía venir a pie o a caballo. Él siempre llegó a pie a visitarnos y descalzo, haciendo sus penitencias. Nunca quiso que lo llegaran a atraer a caballo, muchas veces nos sorprendía su presencia en nuestra aldea. Todos los cristianos que ahora estamos en la Iglesia, en nuestras aldeas es fruto del trabajo del Padre Hermógenes.”


También la gente cuanta que le pedían que intercediera por ellos en sus enfermedades y en sus problemas, y lo dicen con tal confianza que el Padre les ayudaba. Desde entonces su presencia, sigue viva en sus corazones y sus familias.



Sin duda alguna el Padre Hermógenes fue amigo de todos; Padre de todos, y como él mismo lo dice en una de sus cartas: “mi condición de Sacerdote de Jesucristo, aunque indigno, me pide capacidad para amar y servir a todos, con alegría y prontitud, siguiendo su ejemplo, de no hacer distinción de personas dando un feliz testimonio de alegre sacrificio en aras del Evangelio.” Todo esto lo experimentó su pueblo.



La voz del pueblo dice: “El Padre Hermógenes fue un buen pastor, porque nunca dejó a su pueblo sin pastor, siempre estuvo con nosotros hasta entregó su vida por nosotros. Es un verdadero santo y pastor, no como los que están ahora que abandonan al pueblo”. Esto y mucho más lo que dice la gente del Padre Hermógenes.



Vicente Patzán

1 comentario:

  1. Me alegra que retomen el Semetabaj, que tanto les ayuda acultivar sus habilidades literarias y comunicativas: ¡Felicidades!

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