Don Carlos Cojtín 4 de noviembre de 1973, en la cabecera departamental de Sololá. Es casado, tiene dos hijos: Claudia Elizabeth y Leonardo. Carlos es el actual contador general del nuestros Seminarios (Mayor y Menor). Es un hombre que ha destacado en su vida profesional por su perseverancia, tenacidad y visión al frente del control de cuentas de nuestros Seminarios. Carlos conversó con El Semetabaj sobre su trayectoria laboral y nos contó algunos recuerdos de nuestro gran amigo, don Fausto.

¿Cómo se inició en el campo laboral del Seminario?


Ingrese al Seminario gracias a la Hermana Hermelinda, Administradora del Hospital Santa Teresita, al recomendarme en dicha institución y al ver la necesidad que tenía de un trabajo.


El día 2 de febrero del año 1996, a las 8:00 A.M, ingresé a mi primer día de trabajo, gracias también al visto bueno del P. Luis Antonio Foncea, en ese entonces, administrador de del Seminario, y también al P. Eleobardo Tuyuc, que en ese entonces era el encargado de las cuentas.

¿En qué otras instituciones ha trabajado?


Mi primer trabajo fue ayudar a mí Papá en el campo como agricultor y estudiante.
En el año 1992 empecé a trabajar en el Hospital Santa Teresita como conserje, atendido por las Hermanas Carmelitas; por la tarde estudiaba en un Colegio.


Las hermanas me apoyaron y me animaron en mis estudios, gracias a ellas logré terminar mi carrera. Me gradué en el mes de noviembre del 1995, como Perito En Administración Pública.


En el mes de Septiembre del año 2000 dejé de trabajar en el Seminario e inicié a trabajar en el Proyecto Santa Teresita, como Coordinador, dicha institución, allí atendía a las familias más necesitadas, económicamente, para brindarles ayuda. El contrato de trabajo fue sólo de tres años, a finales de septiembre del 2003, dejé el cargo, y en el mes de enero del año 2004, ingresé de nuevo al Seminario como contador.

¿Cómo fue su experiencia laboral junto a don Fausto?


Don Fausto fue un buen hombre y, sobre todo, trabajador. Con su ayuda, consejos y ejemplo salí adelante en mi trabajo . Fue realmente un buen amigo.

¿Qué recuerdos guarda de don Fausto?


Son muchos los recuerdos. Fuimos grandes compañeros de trabajo y buenos amigos, de él recuerdo sus bromas, pero sobre todo nunca olvidaré cuando nos ayudábamos en los momentos difíciles.

¿Qué imagen le proyectó don Fausto en su vida?


La de un hombre apasionado en su trabajo, y un ejemplar padre de familia. Trabajaba lo suficiente para que a su familia no le faltara el pan de cada día. Y para mí es un gran ejemplo a imitar.

¿Nos contaría alguna anécdota que haya compartido con él?


Una vez venia el “K” (mudito) al seminario, nosotros lo encontramos en el camino, y decidimos traerlo en carro, pero se nos ocurrió darle un paseo por Panajachel e ir por la orilla del lago. Al “K” le gusto mucho, porque le tomamos una foto, refaccionamos y luego volvimos al Seminario . El “K” es un gran amigo de nosotros.

¿Cómo reaccionó cuando le informaron sobre el fallecimiento de don Fausto?


Fue un momento difícil para mí, porque perder un amigo y compañero de trabajo es muy duro aceptarlo, pero hay que hacerlo, ya que todos pasamos por eso.

¿Cuáles son sus sueños o metas?


¨Trabajar duro para el Seminario Mayor¨.

Según usted ¿Cómo veía don Fausto a los seminaristas?


Los apreciaba mucho. Pienso que los quería como a sus hijos porque nunca se negaba a hacerles algún favor e incluso los aconsejaba a portarse bien.

Un mensaje a los seminaristas.


Ánimo en sus estudios y que descubran correctamente si están llamados a la vocación sacerdotal o no. Dios bendiga a todos los lectores del Semetabaj 2009.


Byron Leonel

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