Pastoral en Tecpán
Uno de los objetivos que este Seminario se ha propuesto es “iniciar a los alumnos en una verdadera y propia sensibilidad del pastor, enseñándoles a asumir de manera consciente y madura sus responsabilidades, ayudándoles a que adquieran el hábito interior de valorar los problemas y establecer prioridades y medios de solución, fundados siempre en claras motivaciones de fe y según las exigencias teológicas de la pastoral misma” (Directorio para la formación sacerdotal, Pág. 60). Para cumplirlo nos sirve toda la preparación académica, nos ayuda la oración perseverante, nos estimula el trato con sacerdotes (formadores y los que trabajan en parroquias) pero sobre todo nos preparan las experiencias pastorales que se realizan en las parroquias, lugares inmediatos donde se despliega toda la acción pastoral del sacerdote. Es allí donde nos encontramos con la realidad del mundo en que vivimos, es allí cuando nos topamos con diversidad de personas, cada una con sus afanes, sus alegrías, sus penas, sus problemas pero todas con sed de Dios. Y es allí donde ponemos en práctica lo poco que aprendemos en las aulas. Este conocimiento académico se completa allí: en la acción pastoral ya que más que un “dar” es un “recibir” de los otros. Allí se aprende a ser pastor, sin menoscabar –claro está- las otras dimensiones de la formación.
Dentro de este plan de formación íntegro, se realizan a lo largo del año varias experiencias pastorales en las parroquias. Una de éstas la hemos llevado a cabo los alumnos de primero de Teología del 30 de mayo al 14 de junio en la Parroquia “San Francisco de Asís” de Tecpán. Nuevamente nos hemos unido a un grupo de seminaristas del Seminario Nacional de la Asunción, fortaleciendo los lazos de amistad, compartiendo los mismos ideales y deseos de ser sacerdotes. Fueron dos semanas llenas de optimismo, de ilusión y de alegría. Compartir y celebrar la fe con la gente ha sido nuestro orgullo. Estar al lado de ellos, escuchándolos, alegrándonos o sufriendo con ellos ha sido nuestra meta y ¡la hemos cumplido! En esto hemos querido ser como nuestro Maestro: en estar con la gente, sobre todo con los pobres, los humildes, los niños. Al mismo tiempo pudimos tener una convivencia agradable entre nosotros. Íbamos dos seminaristas de la Asunción y uno de Sololá.
La primera semana estuvimos en las comunidades más lejanas de la Parroquia (parte sur y sur occidente). Antes de salir hacia nuestros destinos, el día 30 de mayo, tuvimos la Misa de Pentecostés y la bendición de envío. Luego partimos acompañados de los dirigentes de cada comunidad.
Una Experiencia Pastoral Inolvidable
Una vez más hemos realizado una experiencia pastoral, esta vez en la parroquia de Tecpán Guatemala, con los amigos seminaristas de la Asunción. Estas experiencias son bien importantes porque va ir a aprender más que a enseñar, teniendo en cuenta también que la pastoral es un medio de formación que nos prepara a la vida sacerdotal.
Realizar la pastoral con otros compañeros de distinto Seminario, parece un poco difícil al principio, por el mismo hecho de que uno no conoce la forma de ser de aquellos que serán sus compañeros y con quienes va a compartir durante el tiempo de pastoral. Pero con el paso del tiempo se quitan prejuicios y se crea un ambiente de amistad verdadera.
Pienso que estas experiencias pastorales con los seminaristas del Seminario de la Asunción, son muy importantes, porque así se pueden compartir experiencias e ideas vividas en distintos Seminarios y sobre todo compartir juntos el deseo de servir a los demás, el ideal de entrega y afianzar lazos de amistad favoreciendo la unión entre ambos Seminarios.
La organización de la pastoral fue querida y prevista por nuestro obispo. La pastoral nunca va ser pérdida de tiempo, sino, más bien, ayudará a cada persona que realiza estas clases de experiencias a ir descubriendo en la otra persona el rostro de Cristo. Durante las dos semanas que estuvimos en Tecpán, fuimos aprendiendo muchas cosas de las personas con quienes compartíamos, por ejemplo su forma de vivir en familia, en grupo y ante todo en comunidad. Las aldeas donde estuve, junto a dos amigos de la Asunción, se llaman “Chichoy” y “Paxorotot”. Estas comunidades tienen grandes riquezas en cuanto a sus paisajes. ¡Quién podría creer que en esos lugares había patrimonios de bosques donde se pueden pasar momentos alegres!
Es por eso que las catequesis las impartíamos al aire libre con el fin de enseñar a los niños, jóvenes y personas adultas a rezar y a darse cuenta de cuanto es el amor que tiene Dios para cada uno. Esta experiencia les gustó a las personas, que creían que sólo en la iglesia (el templo) se podía hacer oración. Además, también pasamos momentos agradables haciendo deporte, dinámicas y mucho más.
Finalmente, la pastoral nos ayudó a darnos cuenta de las necesidades de la gente, su sed de un Dios más cercano, más personal que habita aquí, junto a nosotros. Esto nos fortalecido más en nuestra vocación.
Encarnación Bac Balán
Una Experiencia Pastoral Fuera del la Diócesis
Los alumnos de segundo de filosofía realizamos una experiencia pastoral en la Parroquia de santa Catarina de Alejandría, en la Diócesis de san Marcos, junto a los seminaristas del seminario La Asunción, también ellos alumnos de segundo de filosofía.
Estuve en una aldea llamada Buena Vista las Flores, una aldea relativamente grande, a cuarenta minutos del pueblo, con doscientas familias donde la mayoría de los hijos han emigrado a otro país. De estas familias, un buen número participan en la Iglesia Católica. Sin embargo existe gran cantidad de sectas quienes tienen un buen porcentaje de la población. La gente carece de formación doctrinal, y además desconocen la persona del sacerdote; con este dato usted, amigo lector, ya se hace la idea de como anda la aldea.
Una de las actividades de la pastoral de las dos semanas fueron las visitas a familias en sus hogares por la mañana, como también a escuelas e institutos de enseñanza media, que por cierto nos recibieron muy bien.
En realidad fue una bonita experiencia, aunque me costó adaptarme al clima, pues allá hace mucho calor y algunos bichos interrumpían el descanso por la noche, pero... En fin, algo que también quisiera mencionar es que las personas de esa aldea prometieron que rezarían por los seminaristas de ambos Seminarios, lo cual es algo que nos reconforta y nos anima.
Carlos Sipac.
Llegamos a Catarina, municipio del departamento de San Marcos, a las once de la mañana, el día 30 de mayo. Media hora más tarde, tuvimos la reunión con el P. Guadalupe, párroco de dicha parroquia, quien nos explicó la situación de cada aldea y además nos dio el programa para los quince días.
Me tocó ir a una aldea llamada La Muralla, junto con Felipe Chial, que también estudia el segundo año de filosofía en el seminario de la Asunción. Fueron quince días de ardua labor pastoral. Por las mañanas visitábamos a las familias, algunas de ellas estaban un poco lejanas y había que caminar más o menos media hora de una casa a otra. Por las tardes teníamos reunión con los niños, con quienes después de compartir una charla, teníamos un intenso partido de fútbol. Los días martes, jueves, sábados y domingos, teníamos reunión con la gente mayor, y al terminar, la Celebración de la Palabra. La asistencia a ésta era muy poca, pues habían muchas personas que vivían lejos del centro de la aldea. Fueron quince días también de gran calor, pues era una región de boca costa.
Terminamos nuestra pastoral el domingo 14 de junio con la solemnidad de Corpus Christi; fue una experiencia muy bonita y que agradezco a Monseñor Gonzalo el darnos la oportunidad de vivirla.
Néstor Jesús.
II Asamblea Diocesana de Pastoral
Del 16 al 18 de junio tuvo lugar en nuestro seminario la II Asamblea Diocesana de Pastoral que congregó a los sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos de la Diócesis para reflexionar sobre los retos y esperanzas de esta Iglesia particular, con vista a la elaboración de un plan diocesano de pastoral que pueda abarcar todos los aspectos, y llegar así a todos los ambiente para dar una respuesta iluminadora a los interrogantes y problemas de la vida de las parroquias y de los fieles.
Esta actividad se realizó durante tres días en los que, con el impulso y la guía del Obispo, se discutieron diversos temas y se aportaron diversas iniciativas a favor de una pastoral más integral y actualizada. Fueron días muy fecundos en reflexión, donde hemos podido palpar de manera más concreta la comunión eclesial y el espíritu fraterno que debe caracterizar a los discípulos de Cristo. Muchos laicos manifestaron su alegría por compartir con sacerdotes y religiosas, pero sobre todo, por poder colaborar desde su experiencia de vida cristiana a una evangelización en la que el anuncio del Evangelio sea en verdad una fuerza renovadora capaz de atraer a los alejados a la comunión con Cristo dentro de la Iglesia Católica.
Fueron días de trabajo intenso, especialmente para los seminaristas de tercero y cuarto de teología, quienes además de escuchar las ponencias y discutir los temas en los grupos de trabajo, eran los encargados de que las cosas estuvieran limpias y ordenadas y que en el comedor todos pudieran reponer fuerzas para seguir trabajando. A todos ellos les agradecemos por su trabajo y desvelo.
Los expositores fueron, además del Obispo, el padre Luís Enrique Ortiz Porras, el padre Jorge Mario Ávila Chay, el padre Julio Dionisio Sosa, el padre Víctor Leonel Ordóñez y el padre Juan Pablo Poz. Todos ellos nos mostraron una panorámica vareada de luces y sombras que existen en el proceso evangelizador y que es necesario conocer para buscar juntos, bajo la luz del Magisterio, las soluciones más adecuadas. Entre los retos que tanto los expositores como los grupos de trabajo resaltaron se encuentra el creciente protestantismo, indiferentismo, ateísmo y el grave cisma que existe en la Diócesis. Entre las cosas positivas y de gran esperanza se señalaron el creciente número de vocaciones sacerdotales, el trabajo de los sacerdotes, religiosos y laicos en las parroquias, y la erección de nuevas parroquias en estos últimos años. Entre las deficiencias se hizo notar que falta una mayor comunión y cooperación entre los párrocos y los distintos grupos y movimiento que trabajan en las parroquias, así mismo se señaló cierto autoritarismo por parte de algunos sacerdotes que en su administración quitan, ponen o cambian elementos de mucho significado para la vida de los fieles, sin brindar una razón convincente de su actuar. Estos elementos arriba mencionados nos permiten ver cuál ha sido el ambiente en que se desarrolló la Asamblea, sin embargo, hay que decir, para no faltar a la verdad, que las cosas se han dicho con franqueza pero sin faltar a la caridad y que todo ha contribuido para que tanto sacerdotes como fieles laicos vayan siendo cada vez más consientes del protagonismo que a todos compete en la misión de la Iglesia y en el mandato de Cristo de hacer discípulos de todos los pueblos.
La Asamblea concluyó con la visita del Nuncio Apostólico Mons. Paul Richard Gallagher quien también venía para inaugurar en la Diócesis el año sacerdotal y para hacernos cercana la presencia y la bendición del Santo Padre.
Rigoberto Jichá
“Inicio del Año Sacerdotal”
La Santa Misa fue presidida por el Nuncio, concelebrada por nuestro Obispo Monseñor Gonzalo y por cerca de 50 sacerdotes y nueve diáconos. En la homilía, el señor Nuncio se mostró muy contento por la bienvenida y por la acogida que recibió en nuestra diócesis en su primera visita, así mismo exhortó y animó a los sacerdotes, en este año sacerdotal a entregarse más, a entregar su vida al servicio de la Iglesia a ejemplo del santo Cura de Ars, quien desde este año es el patrono de todos los sacerdotes. Culminada la Misa todos los sacerdotes, las religiosas, los seminaristas y algunos laicos bajamos a las instalaciones para degustar del delicioso almuerzo preparado para tan grande ocasión. Felicitamos a todos los sacerdotes en este año dedicado especialmente a meditar sobre este gran don y misterio que nuestro Señor Jesucristo concede a algunos hombres elegidos entre el pueblo cristiano, y a la vez, les recordamos que, así como lo hemos hecho hasta ahora, seguiremos ofreciendo nuestras oraciones y nuestros pequeños sacrificios por la santificación de cada uno de ellos. ¡Muchas felicidades!
Santos Feliciano Ramos
Los amigos del Seminario
Muchas veces en nuestro medio se ha entendido que la formación de los futuros sacerdotes era un trabajo que solo corresponde al Obispo o a los sacerdotes y se ha olvidado que es tarea también de todos los fieles de cada diócesis, porque ellos también desempeñan un papel muy importante en esto. Desde hace varios años por las iniciativas de nuestros obispos que han trabajado en la Diócesis y ahora, por los impulsos de nuestro actual Obispo Monseñor Gonzalo, se ha querido que en cada una de las parroquias de Diócesis se fomenten y se formen pequeños grupos denominados “Amigos del Seminario”, con el fin de ayudar al seminario como su mismo nombre lo dice. Estos grupos surgen para trabajar en beneficio de nuestros seminarios, porque han habido y siguen existiendo familias cuyos hijos se deciden a entregar su vida al Señor y trabajar en su Iglesia como sacerdotes, pero a veces por carecer de los recursos necesarios para el sostenimiento en la formación de sus hijos no han podido llevar a cabo el objetivo que se han propuesto alcanzar y es aquí donde estos grupos entran en acción, apoyando a estas familias, en el sostenimiento del seminario en la formación de los futuros pastores.
Estos grupos tienen tres objetivos muy importantes y son los siguientes: En primer lugar está la oración. Ellos sobre todo se comprometen a rezar por los sacerdotes, por los seminaristas para que perseveren en su vocación y también por aquellos jóvenes venes que tienen grandes deseos de entrar al seminario para que el Espíritu Santo les ilumine y los anime a tomar esa gran decisión, todo esto lo hacen ya sea cada uno en el medio en que se encuentre o con su familia o también en los grupos cuando se reúnen algún día. Otro de los objetivos es buscar vocaciones, pues ellos son los que conocen más a los jóvenes de su parroquia y pueden discernir muy bien sobre quién puede ser un buen candidato al sacerdocio y luego tratar de despertar en ese joven o en ese adolescente el deseo de entregarse al servicio de Dios y con la ayuda del párroco encaminarlo al conocimiento del seminario. Finalmente el último objetivo de los “Amigos del seminario”, vital para que funcione esta institución, es su empeño en buscar ayudas económicas, para que el seminario pueda cubrir los gastos necesarios. Esta ayuda consiste sobre todo en búsqueda de personas que deseen ayudar económicamente, o realizar actividades (como rifas) para recaudar fondos, o buscar víveres; todo esto ellos lo recogen y luego ya sea por medio del párroco o por sus propios medios los hacen llegar al seminario.
Para atender a estos grupos, en nuestro seminario existe la pastoral de “Amigos del Seminario”, quienes tratan de visitarlos cada fin de semana en sus parroquias y así animarlos, ver que dificultades pasan y tratar de buscar posibles soluciones siempre con el apoyo del párroco; y si no existiera todavía tal grupo, tratar de hacer conciencia en los fieles de la necesidad que se tiene de estos grupos, para que se puedan formar en un futuro.
El pasado sábado 27 de junio se llevó a cabo en las instalaciones de nuestro seminario, una convivencia a la que asistieron un gran número de representantes de “Amigos del Seminario” de las parroquias. Esta actividad dio inicio a las 9:30 horas con una charla de animación impartida por el P. Víctor Ordoñez, luego siguió con la proyección de un video vocacional, “El Pescador”. Después intervino el rector, P. Julio, con otro tema: “El Año Sacerdotal”, en donde se les explicó sobre el sentido de este año y lo que ellos pueden hacer en sus grupos para rezar por los sacerdotes y por las vocaciones, al acabar el tema se proyectó algunas fotos de las actividades que se han realizado este año en el seminario y en la Diócesis, resaltando las pasadas Ordenaciones, también fruto del incansable trabajo que ellos realizan en beneficio de nuestro seminario. Después de algunos datos informativos se tuvo la Santa Misa de acción de gracias en nuestra Capilla, y finalizamos nuestra actividad compartiendo el almuerzo con ellos, después del cual cada uno regresó a su parroquia.
Agradecemos de corazón a cada una de estas personas que forman parte de estos grupos y también a todos aquellos que colaboran con ellos, que Dios les recompense por sus oraciones, por sus ofrendas, por sus sacrificios y por todo lo que hacen por nuestros seminarios, y sepan que siempre los tenemos presente en nuestras oraciones y en nuestras misas. Que Dios los bendiga siempre.
Santos Feliciano Ramos