¡Que alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor,..! con estas bellas palabras del salmo, iniciamos nuestra peregrinación desde la periferia de la ciudad de Sololá, la ciudad desde donde se impone el edificio más notable y aún más, admirable por el fondo idílico que la naturaleza presta a nuestra Catedral madre de todas las Iglesias de nuestra diócesis. En esta peregrinación, -esta vez el turno fue de la parroquia de Balanyá- se han unido todos los grupos que conforman la Iglesia parroquial, y que recuerdo bien, se prepararon con gran alegría y entusiasmo, es más, hubo una preparación espiritual y otra catequética para obtener los mejores beneficios de esta visita catedralicia. Desde los días anteriores, se rezó el Santo Rosario pidiendo a la Virgen de la Asunción sus bendiciones sobre las familias, los niños, los jóvenes y ancianos. En nuestras Eucaristías los fieles rogaron por la unidad de la Iglesia, especialmente, claro está, por ésta porción del Pueblo de Dios. Por otro lado, unos días antes se instruyó a los fieles sobre el sentido, alcance y beneficios de la peregrinación, para ello nos servimos de algunos números del concilio Vaticano II (LG. SC).
Llegamos a la catedral, con nuestros cantos animados y alegres, ¡al fin¡ llegamos a la puerta santa, para escuchar solemnemente el Evangelio de San Juan, exhortándonos a seguir al Buen Pastor y la Puerta por donde entran las ovejas, luego cruzamos con esperanza y alegría; así mismo, muchos aprovecharon el sacramento de la alegría y del perdón administrados por algunos sacerdotes de la diócesis. Después de la explicación clara y breve sobre las indulgencias facilitadas por algunos seminaristas, dimos paso a nuestra celebración eucarística, el centro y la fuente de nuestra vida cristiana; ha sido para todos, así lo creo, una alegre experiencia de fe y de caridad fraterna.
Indudablemente, la visita de la familia parroquial a la Iglesia catedral, nos ayuda a fomentar nuestra comunión a la persona del Obispo, y nuestra adhesión con las enseñanzas del Pastor; es oportuno citar al respecto, las palabras del Concilio S.C. 14: Que se debe conceder <
El Papa Juan Pablo II, de feliz memoria en el mes de noviembre del año 1,999 exhortaba a <
Estas palabras las tratamos de poner en práctica en estas peregrinaciones, para obtener las gracias y los beneficios abundantes del cielo. Agradecemos a nuestro Obispo por esta iniciativa que tuvo al organizar un año catedralicio.
P. Alfredo Chavajay
Padre Alfredo que alegria cuando me dijeron, ah no, que alegria encontrarle por acá; es una bendicion que por este medio pueda saludarle. Que el Buen Dios le de salud y animo para realizar la obra que le ha sido encomendada. Bendiciones.
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