Una vez más hemos realizado una experiencia pastoral, esta vez en la parroquia de Tecpán Guatemala, con los amigos seminaristas de la Asunción. Estas experiencias son bien importantes porque va ir a aprender más que a enseñar, teniendo en cuenta también que la pastoral es un medio de formación que nos prepara a la vida sacerdotal.
Realizar la pastoral con otros compañeros de distinto Seminario, parece un poco difícil al principio, por el mismo hecho de que uno no conoce la forma de ser de aquellos que serán sus compañeros y con quienes va a compartir durante el tiempo de pastoral. Pero con el paso del tiempo se quitan prejuicios y se crea un ambiente de amistad verdadera.
Pienso que estas experiencias pastorales con los seminaristas del Seminario de la Asunción, son muy importantes, porque así se pueden compartir experiencias e ideas vividas en distintos Seminarios y sobre todo compartir juntos el deseo de servir a los demás, el ideal de entrega y afianzar lazos de amistad favoreciendo la unión entre ambos Seminarios.
La organización de la pastoral fue querida y prevista por nuestro obispo. La pastoral nunca va ser pérdida de tiempo, sino, más bien, ayudará a cada persona que realiza estas clases de experiencias a ir descubriendo en la otra persona el rostro de Cristo. Durante las dos semanas que estuvimos en Tecpán, fuimos aprendiendo muchas cosas de las personas con quienes compartíamos, por ejemplo su forma de vivir en familia, en grupo y ante todo en comunidad. Las aldeas donde estuve, junto a dos amigos de la Asunción, se llaman “Chichoy” y “Paxorotot”. Estas comunidades tienen grandes riquezas en cuanto a sus paisajes. ¡Quién podría creer que en esos lugares había patrimonios de bosques donde se pueden pasar momentos alegres!
Es por eso que las catequesis las impartíamos al aire libre con el fin de enseñar a los niños, jóvenes y personas adultas a rezar y a darse cuenta de cuanto es el amor que tiene Dios para cada uno. Esta experiencia les gustó a las personas, que creían que sólo en la iglesia (el templo) se podía hacer oración. Además, también pasamos momentos agradables haciendo deporte, dinámicas y mucho más.
Finalmente, la pastoral nos ayudó a darnos cuenta de las necesidades de la gente, su sed de un Dios más cercano, más personal que habita aquí, junto a nosotros. Esto nos fortalecido más en nuestra vocación.
Encarnación Bac Balán
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